Los beneficios nutricionales de los cereales infantiles en la alimentación complementaria de los lactantes.
Ponente:
Dr. Isidro Vitoria Miñana.
Médico pediatra y bioquímico. Dirige la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital Universitario La Fe de Valencia y es coordinador del Grupo de Trabajo en Nutrición de la Asociación Española para el Estudio de los Errores Congénitos del Metabolismo (AECOM), además de profesor asociado de Pediatría de la Universitat de València.
Los cereales infantiles se introducen en la alimentación complementaria como parte de la diversificación alimentaria, debido a que son alimentos con una textura adaptada y permiten la transición a la alimentación sólida del lactante.
Estos cereales es en muchos casos el primer alimento no lácteo fácil de preparar y de solución instantánea, y suponen una fuente de energía, fibra, hierro y zinc. Además, ayudan a evitar una elevada carga proteica en el lactante al cubrir las necesidades de hierro. En los primeros meses de vida, una alta carga proteica predispone de una obesidad posterior, por ello se recomienda una cantidad limitada de alimentos proteicos de alto valor biológico siendo esta cantidad de 20-40 gramos. La cantidad habitual administrada de cereales infantiles supone unos 25 gramos al día.
Según las recomendaciones de la Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica Hepatología y Nutrición (ESPGHAN), los cereales infantiles se deben introducir entre la 17-26 semanas de vida y la introducción de los cereales con gluten en un periodo de entre los 4 o 12 meses de una manera progresiva. En cuanto a la cantidad de azucares libres de la dieta, se recomienda que sea menos de un 5% de la ingesta calórica total durante los 2 primeros años. Desde los primeros cereales comercializados a los actuales, se ha observado un descenso global del contenido de azúcares, y un aumento del contenido de fibra, prebióticos y probióticos.
Respecto a la técnica baby-led wearning y el empleo de cereales infantiles, no son dos técnicas alimentarias opuestas. El lactante está preparado para compaginar la ingesta en forma de papillas y en forma de trozos adaptados a las manos.
Los cereales infantiles ideales deben tener bajo contenido en azucares, esto se consigue por la obtención a partir de granos de cereales completos, una hidrólisis enzimática muy baja o la sustitución de esta hidrólisis enzimática por una hidrólisis térmica y así evitar el proceso de dextrinización o formación de azúcares libres. Además, deben cubrir las necesidades de hierro del lactante.
Hoy en día, existen muchos cereales infantiles que son una buena opción para el lactante ya que aporta vitaminas, minerales y en algunos casos, fructooligosacáridos y probióticos. Pueden usarse más allá del año de vida. Cuando el niño tiene 2-4 años se recomienda que en el desayuno siga una base alimentaria de leche con cereales integrales y fruta.